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SIGNATURA CONVIDADA :: Las mujeres ante el machismo

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Tot just abans de la celebració del Dia Internacional de les Dones, en Josep Monferrer ens fa arribar aquest article on ens convida a reflexionar com societat lluitem vers la violència masclista.

 

Que el año pasado se hayan asesinado a más de 60 mujeres, y en dos meses ya llevamos 8 asesinadas, refleja cómo la sociedad es cómplice de esa violencia y que estamos perdiendo la guerra contra la violencia de género.

Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal en la Universidad de Granada, experto en violencia de género, cree que queda machismo para rato.

En su libro recientemente publicado, y que titula como “Testimonios de violencia contra la mujeres. Una injusticia normalizada”, dice que la sociedad ha normalizado de alguna manera la violencia de género. Y eso se debe al éxito del modelo machista que forma parte muy arraigada de nuestra cultura.

 

Lorente hace una llamada de atención para que los ciudadanos reflexionen sobre lo que hace posible que la violencia contra las mujeres suceda cada día entre el silencio y la invisibilidad. Eso es así, debido a “una normalidad social que hace posible que la cultura de la desigualdad es decir, del machismo, forme parte de la organización social”.

 

La violencia de género se ha convertido en una violencia normalizada.

Esa normalidad lleva a hacer invisible la violencia de género. Cuando se pregunta sobre los problemas más graves que tiene España, solo un 1,8% de la población apunta a la violencia de género como algo grave.

 

Cuando una mujer dice ‘mi marido me pega lo normal’ lo que está haciendo es reproducir un mandato que no es una decisión suya ni propia de su reflexión, sino que es algo que le han hecho entender que es normal para la propia relación de pareja. Hay muchas mujeres que dicen: “Mi marido me pega, pero por lo menos le importo’. Ven en la violencia un interés del marido por corregir algo que para él está mal.

Muchas de ellas critican la cantidad de violencia, pero no el hecho de la violencia.

 

Y se reproduce de igual manera entre los jóvenes, porque “el machismo forma parte de nuestra cultura”. Algo serio no funciona. Hay adolescentes que por los pasillos del instituto, para entrar en clase les pegan en el culo a las chicas. Y algunas chicas lo entienden como algo propio de los chicos. Si como chico ves eso y no lo haces, ante el resto de los demás chicos eres sospechoso de ser poco hombre. La identidad está formada por esa relación social, la forma de relacionarte y de ser reconocido como hombre. Muchos jóvenes incorporan elementos machistas como algo natural a lo que tienen derecho.

 

El ejemplo empieza en la familia. No hace falta tocarle el culo a su hermana para ser muy macho, pero sí que considerarse superior y con derecho a ser servido por su hermana, forma parte de muchos elementos de educación familiar.

Deben hacerse campañas sostenidas en el tiempo que confluyan hacia el mismo mensaje para erradicar la desigualdad, como las que hace la dirección de Tráfico para reducir los accidentes.

 

Las políticas están dirigidas hacia la denuncia y la respuesta judicial. Y eso no es  suficiente. Los partidos políticos deberían entender que la violencia de género no se puede resolver solo con la denuncia. Es como si se tratan de resolver los problemas de salud sin prevenir nada; sólo construyendo más hospitales. Sin una política de prevención no hay nada que hacer.

 

¿Por qué el 80% de las mujeres asesinadas nunca ha denunciado? Porque se trata de una violencia normalizada. No podemos esperar que una mujer aislada, que piensa en su interior  ‘que su marido le pega lo normal’ lleve a cuestionar esa violencia.

Hay que educar a las adolescentes para que no dejen que ningún chico las controle. No deben confundir los celos con el amor. Jamás se han de dejar dominar, Los chicos adolescentes no suelen ver el problema del machismo porque forma parte de la normalidad social.

Hablamos poco del síndrome de Estocolmo que es un estado psicológico en el que la víctima desarrolla una relación de sumisión, dependencia y complicidad con su agresor.  

 

Y para terminar, podemos hablar de otra de las trampas del machismo que consiste en que las mujeres con poder se comporten como hombres. Si al final el modelo de éxito personal de las mujeres es reproducir lo que los hombres hacen es darle la razón al machismo.

Lo que necesitamos es que las mujeres que alcanzan importantes cotas de poder no se comporten como machos.

 

El día de la mujer debería ayudarnos a replantear muchas cosas

 

Josep Maria Monferrer

La fotografia que acompanya l'article esta realitzada per UniversallySpeaking i publicada al seu flickr.

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